
Eficiencia energética para la competitividad
En un entorno empresarial donde los cambios regulatorios son cada vez más rápidos y profundos, entender el nuevo mapa energético de México es más que una ventaja, es una necesidad estratégica. La energía no solo mueve industrias: es un habilitador clave de inversión, competitividad y desarrollo regional.
Por eso, el Comité de Innovación y Transformación Digital de AMCHAM Capítulo Noreste organizó una sesión centrada en las reformas constitucionales de 2024 y sus implicaciones para el sistema eléctrico nacional. La conversación estuvo a cargo del Jorge Arrambide, socio en Santos-Elizondo, quien ofreció una lectura precisa para que las empresas puedan adaptarse a este nuevo entorno energético y fortalecer su competitividad.
Las reformas a los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución redefinen el rol de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Pemex como empresas públicas del Estado, dándoles un papel preponderante en la planeación, control y operación del sistema eléctrico. Este giro limita la posibilidad de que particulares celebren contratos en actividades estratégicas, redefiniendo el papel del sector privado en la generación y comercialización de energía.
Por otro lado, la iniciativa de simplificación orgánica, que contempla la desaparición de organismos como la Comisión Reguladora de Energía (CRE) para integrarlos a la Secretaría de Energía (SENER), es un esfuerzo por centralizar funciones y aplicar una política de austeridad. Aunque estas reformas han sido diseñadas con una estructura jurídica que limita su impugnación a nivel nacional, abren la puerta a reflexionar sobre su compatibilidad con compromisos internacionales asumidos por México, especialmente en el marco del T-MEC y el CPTPP.
Otro tema relevante es la nueva Ley del Sector Eléctrico (LESE), que sustituye a la Ley de la Industria Eléctrica (LIE). Aunque conserva gran parte de su estructura, incorpora nuevos principios como la prevalencia del Estado, la justicia energética y la obligación de evitar el lucro en el suministro básico. Si bien permite la participación privada en ciertas etapas, ésta queda subordinada al interés público representado por la CFE.
Más allá del análisis técnico, el llamado para el sector empresarial es claro: es momento de adaptarse con visión estratégica. Apostar por esquemas de autoconsumo, generación distribuida, almacenamiento y una gestión cuidadosa de contratos, permisos y tarifas no solo permite sortear los retos actuales, sino posicionarse como líder en un entorno de transformación. En esta nueva etapa, la eficiencia energética deja de ser un asunto operativo para convertirse en un motor de innovación, sostenibilidad y competitividad para el sector productivo mexicano.
AMERICAN CHAMBER/MEXICO
Monterrey | (22 | 04 | 2025)