La manufactura avanzada impulsa la competitividad y el crecimiento de Norteamérica. México, y especialmente Monterrey, se ha convertido en un nodo estratégico: más del 50% de los productos importados son bienes intermedios, reafirmando un sistema de coproducción profundo con Estados Unidos y Canadá.
Nuevo León es la capital industrial manufacturera de México: aporta el 12.6 % del PIB manufacturero nacional, el principal motor productivo del país. Desde Monterrey, la integración de tecnología avanzada, talento calificado y la colaboración público-privada genera un círculo virtuoso que impulsa inversión, desarrollo económico y transferencia tecnológica, consolidando a la región como referente de competitividad y modernización.
Producción inteligente, impacto real: la apuesta industrial de Monterrey
Monterrey se ha consolidado como un polo estratégico de manufactura avanzada en Norteamérica. La región no solo produce bienes, sino que integra automatización, digitalización y procesos sostenibles que optimizan recursos, reducen el impacto ambiental y fortalecen la competitividad. En pocas décadas, la manufactura en Monterrey ha evolucionado de procesos básicos hacia industrias de alto valor agregado, produciendo componentes para sectores clave como aeroespacial, automotriz y salud, generando un círculo virtuoso de inversión extranjera, transferencia de tecnología y desarrollo de talento local.
La sostenibilidad se ha convertido en un eje central de la industria. Edgar García (Graftech México) destacó que los proyectos recientes priorizan la conservación de recursos naturales, calidad ambiental y bienestar comunitario, demostrando que la innovación tecnológica puede avanzar sin comprometer la responsabilidad social ni el equilibrio financiero. Empresas como Stanley Black & Decker están formando talento local para áreas de automatización, robótica y manufactura digital, fortaleciendo proveedores regionales y empleos de mayor valor.
El talento especializado sigue siendo la palanca principal para el crecimiento. Karen Barraza (Stanley Black & Decker) enfatizó que la transferencia de conocimiento desde empresas globales genera empleos mejor remunerados, fomenta proveedores locales y desarrolla capacidades técnicas avanzadas. La inclusión también ha aumentado, con una mayor participación de mujeres en sectores tradicionalmente masculinos, reforzando la diversidad y competitividad del ecosistema industrial.
La infraestructura y eficiencia regulatoria son esenciales para traducir innovación en impacto real. Emilio Cadena (Prodensa) subrayó la necesidad de atraer cadenas de valor estratégicas, invertir en agua, energía y logística, y simplificar procesos regulatorios para que las empresas puedan implementar operaciones rápidamente. Se espera que el nearshoring y la automatización sigan fortaleciendo la competitividad regional, generando cadenas de suministro resilientes y consolidando a Monterrey como un referente industrial en Norteamérica.
De la estrategia a la acción: pasos para fortalecer la industria
- Desarrollo de talento especializado:
Impulsar la formación de perfiles en automatización, robótica, manufactura digital e inteligencia artificial para cubrir la creciente demanda y potenciar la innovación industrial.
- Fortalecimiento de cadenas de valor regionales:
Atraer inversión y desarrollar plantas para la producción de componentes críticos, especialmente eléctrico-electrónicos y dispositivos médicos, para aumentar la resiliencia y competitividad de la región.
- Optimización de infraestructura y procesos:
Colaborar en el aseguramiento de suministro eléctrico confiable, acceso a agua y conectividad logística, así como agilizar procesos administrativos, para que nuevas operaciones puedan implementarse de manera rápida y eficiente.
- Impulso a la innovación y digitalización:
Adoptar soluciones inteligentes y software de monitoreo que mejoren la eficiencia, anticipen riesgos y fortalezcan la continuidad operativa de la manufactura avanzada.
- Colaboración regional estratégica:
Aprovechar las oportunidades del nearshoring, reglas de origen y cooperación México–EE.UU.–Canadá para consolidar cadenas de suministro resilientes y ampliar la competitividad de Norteamérica.
Conclusión
La manufactura regional atraviesa un momento transformador: la innovación, la tecnología y la colaboración entre sector público y privado están rediseñando el rostro productivo de nuestras regiones. Esta flexibilidad no solo impulsa la productividad y competitividad, sino que también abre nuevas oportunidades para empresas, trabajadores y comunidades, consolidando a la región como un polo de crecimiento y desarrollo sostenible.
En los próximos cinco años, el reto será aprovechar al máximo estas oportunidades: atraer inversión estratégica, fortalecer cadenas de valor críticas y consolidar un modelo de manufactura avanzada sólido, resiliente y sostenible, capaz de generar valor económico, social y ambiental para toda la región.
AMERICAN CHAMBER/MEXICO